Alrededor del Palacio de Sandoñana, Cantabria despliega todo su esplendor. Desde playas salvajes hasta pueblos de postal, este es un lugar para quienes buscan sentir, observar y respirar sin prisa.
Situado en pleno corazón de los Valles Pasiegos, el entorno del palacio ofrece acceso fácil a una gran variedad de paisajes y experiencias. Playas infinitas, rutas naturales, pueblos con historia y aire puro. Una ubicación perfecta para quienes desean alternar descanso, movimiento y descubrimiento.
Cantabria presume de una costa tan variada como espectacular. Playas como Galizano, Somo, Langre, Laredo o Gerra ofrecen paisajes únicos entre acantilados y aguas cristalinas. Perfectas para quienes buscan relajarse frente al mar o practicar deportes como surf, windsurf o paddle surf, en un entorno natural que sigue siendo auténtico.
Recorrer Cantabria a pie es una experiencia transformadora. Las rutas permiten conectar con el entorno de forma directa y enriquecedora. Entre las más recomendadas destacan la Ruta del Nansa, la Cascada de Asón o la Costa Quebrada. Caminos que atraviesan valles, ríos, bosques y miradores naturales de gran belleza.
Cantabria está salpicada de pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Santillana del Mar, Liérganes, Potes, San Vicente de la Barquera, Castro Urdiales o Puente Viesgo son solo algunos ejemplos. Calles empedradas, casas de piedra, tejados rojos y un ambiente acogedor que invita a pasear, probar su gastronomía y sentir la autenticidad de sus gentes. Todo ello rodeado de montañas, ríos, costa y valles llenos de vida.